Es realmente desgarrador escuchar sobre el maltrato vicioso de Repollita, una cachorra inocente y vulnerable. Los perpetradores amarraron cruelmente sus pequeñas patas, dejándola completamente indefensa. Para empeorar las cosas, también le cerraron cruelmente el hocico con cinta adhesiva, impidiéndole siquiera pedir ayuda.
Es difícil imaginar cómo alguien puede dejar a un animal indefenso de una manera tan insensible. Repollita tuvo que valerse por sí misma y casi se ahoga antes de ser rescatada y darle una segunda oportunidad en la vida. Su destino pendía de un hilo mientras luchaba por sobrevivir contra viento y marea.
Apenas llegó Repollita, se veía absolutamente atónita. Sus ojos estaban terriblemente asustados y cansados. Estaba tan débil por lo que había pasado que su cuerpo ni siquiera podía mantenerse erguido. Era una clara indicación de cuán crueles pueden ser los humanos entre sí. Sin embargo, se le dio un nombre que representaba su dureza, y con ese nombre, Repollita inició el largo camino hacia la recuperación y un futuro más brillante y lleno de esperanza.
A pesar de tener fiebre ocasional, Repollita mostró una gran fortaleza al soportar los medicamentos orales que le administraron. Su recuento de plaquetas mejoró gradualmente, dando un rayo de esperanza de que su cuerpo estaba combatiendo el parvovirus que la estaba afectando.
La administración inicial de la vacuna aumentó en gran medida su probabilidad de derrotar a este persistente enemigo.
Con el paso del tiempo, Repollita mostró su espíritu guerrero superando las expectativas de todos y recuperándose del parvovirus. Disfrutó cada bocado de comida que le dieron después de recuperar el apetito. Su fuerte voluntad fue evidente cuando expresó su deseo de salir del hospital, demostrando su creciente fortaleza. Finalmente, llegó el día en que Repollita salió de la clínica, lista para un futuro mejor. Su frágil cuerpo ahora rebosaba de nueva energía y alegría.
Repollita ha mostrado un progreso notable desde que fue salvada, ganando una cantidad significativa de peso gracias al cuidado atento que ha recibido. Su fuerza no solo ha mejorado físicamente, sino que también ha superado la anemia que la estaba afectando. Su actitud alegre y agradecida se refleja en su brillante sonrisa, que se suma a su luminosidad general.